El hombre acusado de ser el motochorro que mató durante un asalto a una psicóloga social en la localidad de Ramos Mejía estaba prófugo desde octubre pasado, cuando fue detenido por un robo y aportó una falsa identidad con la que evitó que las autoridades supieran que era un condenado al que le habían dado arresto domiciliario ante el riesgo de contraer Covid-19 en un penal. En tanto, una de las hijas de María Rosa Daglio dijo que el arresto del presunto criminal “es un poco de respiro entre tanto dolor”.
Alejandro Miguel Ochoa (55), quien tiene al menos diez antecedentes por distintos delitos, había sido condenado por la Justicia marplatense a ocho años y medio de prisión en 2017 por un robo agravado cometido en 2016, por lo que fue alojado en la Unidad Penal 15 de Batán.
Pero a raíz de una presentación formulada por su defensa en abril de 2020, basada en sus problemas físicos y el riesgo inminente de contraer coronavirus en prisión, en mayo de ese año la Sala 1 de la Cámara de Casación de Mar del Plata le otorgó un arresto domiciliario a cumplir en su vivienda en la localidad de Castelar norte. La Cámara intervino debido a que tanto el fiscal de Ejecución Penal marplatense como el juez de ese fuero se habían opuesto a concederle ese beneficio.