Una gran preocupación se generó entre las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) por el estado de salud que atraviesan los ocho jóvenes condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa, sobre todo aquellos que recibieron prisión perpetua, luego de que se conociera que padecen una depresión que podría llevarlos a tomar una drástica decisión. Fuentes penitenciarias revelaron a NA que “los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen”, al tiempo que indicaron que “hay temor de que puedan suicidarse”.
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