Fundada por Mara y Jorge Altabe y atendida por toda una familia, Tio Andino supo combinar tradición con innovación y mantener vigencia durante casi cuarenta años.
Durante nuestra visita a la fábrica ubicada en el local de Constitución 6592 descubrimos que detrás de todo éxito nunca escapan los detalles.
Con el mismo entusiasmo que recibe a sus clientes, Jorge Altabe nos contó que “no existen secretos, creemos que nuestra permanencia se debe a una conjunción de criterios en la toma de decisiones que hace que la gente nos elija: buen precio, buen tamaño del helado y calidad”.
En cuanto a la calidad en Tio Andino no usan esencias y elaboran sus helados con frutas naturales, chocolates traídos exclusivamente a Mar del Plata de otros puntos del país y frutos secos premium.
Si bien la tradición los atraviesa también se animan a innovar, con la asesoría de una ingeniera en alimentos están en un proceso de ideas de nuevos productos y además con el aporte de sus clientes y empleados fabrican nuevos sabores que los exhiben en pizarra durante un tiempo determinado para censar la aceptación del público. Actualmente cuentan con más de 40 sabores, un número que crece en temporada alta y este mes van a lanzar una nueva variedad de chocolate denominada N70.
El prestigio que logró construir esta heladería en estas 4 décadas la posiciona como una de las mejores de la Ciudad y es tan clásica como los lobitos marinos, siendo punto de encuentro para varias generaciones, “Acá viene gente que antes entraba de la mano con sus papás y ahora traen a sus hijos”, contó Jorge.
Tio Andino cuenta actualmente con dos sucursales una en Constitución 6592 y otra en Independencia 3836.
Esta empresa familiar refleja la perseverancia de aquellos
lograron construir un negocio icónico.














