Hace exactamente dos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificaba por primera vez la amenaza del Covid-19 como “pandemia” para advertir sobre los peligros del nuevo coronavirus e instaba a los Estados a tomar las medidas necesarias.
Desde entonces, se registraron 450.658.161 millones de casos y murieron 6.020.074 personas. Asimismo, se administraron 10.633.960.470 vacunas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
En tanto, pese al paso del tiempo, siguen existiendo interrogantes en torno al Covid-19, pero los expertos saben mucho más sobre cómo controlarlo.
Cada vez más países están optando por regresar a la normalidad y aprender a convivir con el virus. Se han desarrollado vacunas seguras y efectivas y se sabe mejor cómo tratar a las personas contagiadas.
El virus se propaga principalmente a través del aire cuando una persona infectada exhala, habla, tose o estornuda. Ese es el motivo por el que las autoridades sanitarias han fomentado el uso de barbijos y la ventilación de los espacios, en lugar de centrarse en el consejo de limpiar las superficies, como ocurría al inicio.
El tratamiento para quienes enferman o necesitan ser hospitalizados también ha evolucionado. Entre las opciones existentes están los antivirales, como el medicamento remdesivir o las nuevas pastillas desarrolladas por Pfizer y Merck; los fármacos antiinflamatorios, incluyendo esteroides, y, dependiendo de la variante que circule, anticuerpos fabricados en laboratorio para atacar al virus.
Las vacunas contra el coronavirus también se han desarrollado en un tiempo récord. Hasta principios de marzo, 10 fórmulas habían recibido la autorización de la Organización Mundial de la Salud para su uso de emergencia.
Sin embargo, su distribución ha sido desigual a pesar de un esfuerzo internacional para repartirlas de una forma más justa, y la desinformación ha alimentado la reticencia a vacunarse.