Desde el entorno familiar hay sospechas de quienes vivían en el entorno.
Piensan que haya sido un sujeto que haya entrado en la confianza de la víctima, en la intimidad de la víctima.
Los investigadores entienden a priori que no es un delito enmarcado en un hecho de inseguridad tradicional, un delito al voleo. Al contrario, parece algo premeditado, pergeñado por el agresor.
En la casa no había nada revuelto. Los objetos de valor estaban en su lugar, en la mesa.
La información que tenemos es que en el entorno están todos sospechados, principalmente varios departamentos de alquiler en donde vivía ella.
Además, otro detalle, en off lo que dicen algunos es que el móvil sería un objeto contundente doméstico.