Desde hace más de una década, el Último Primer Día (UPD) se consolidó como un ritual innegociable para los estudiantes del último año de secundaria. Sin embargo, su influencia dentro y fuera del aula trascendió, y comenzó a generar una serie de nuevas celebraciones estudiantiles que innevitablemente se sumaron a la vida escolar.
Según un informe realizado por la Asociación de Institutos de Enseñanza Privados de la Argentina (AIEPA), al Último Primer Día se sumaron eventos como el “Último Último Día” (UUD), la “Última Semana Santa” (USS) y las “Últimas Vacaciones de Invierno” (UVI), lo que impulsó a las autoridades educativas a tomar medidas más drásticas para mitigar sus efectos sin impedir su realización.
Es preciso mencionar que, el UPD consiste en pasar la noche previa al inicio del ciclo lectivo sin dormir, en reuniones con amigos donde el consumo de alcohol es frecuente, lo que evolucionó hacia una serie de “últimos días”, que no resultan más que pretextos para repetir los encuentros nocturnos y llegar a la escuela con banderas, bombos y espuma.
Si bien las autoridades de los distintos colegios incorporaron a sus calendarios la llegada del Último Primer Día, los eventos que se sumaron a lo largo del año generan una preocupación creciente en las instituciones educativas, en particular por el consumo excesivo de alcohol que las celebraciones requieren.