El presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA), Fernando Savore, denunció que tras los cambios en el Ministerio de Economía, se encontraron con aumentos en los mayoristas y proveedores que “oscilaban entre el 10% y el 15%, tanto en lo que es comestibles, como en limpieza y perfumería”.
Mientras que el titular de la Confederación General de Almaceneros de la Argentina, Héctor González Paván, aseguró que las grandes empresas y los formadores de precios decretaron aumentos mayoristas de más del 40% durante el último fin de semana, y las denunció como las causantes de la “especulación” desatada en los precios.
En declaraciones a Radio AM 550, Savore indicó que “viendo el revuelo a través de los medios, lo que hicimos fue enviar una nota a los distintos mayoristas para que nos den la oportunidad de reponer la mercadería vendida, con abastecimiento y con los mismo precios”.
Sin embargo, el lunes se encontraron con “cambios de precios que oscilaban entre el 10 y el 15%, tanto en lo que es comestibles, como en limpieza y perfumería”, explicó.
A raíz de eso se mostró preocupado por lo que significa tener que trasladar los incrementos a sus comercios ya que “uno tiene que darle la cara al cliente, que le da de comer todos los días y anunciarle un aumento”.
En ese contexto, remarcó que a los almacenes no les queda otra opción que actualizar los precios en base a lo que se encuentran cuando van a abastecerse de mercadería: “Nosotros, como comerciantes, compramos y vendemos, por lo que dependemos del precio de un mayorista o un distribuidor. No tenemos la culpa”.
Asimismo, añadió que tratan de “abastecer lo poco y necesario para reponer la góndola. Si hay algo que nos perjudica al comerciante de proximidad son los aumentos. Primero, porque perdemos credibilidad en el cliente. Viene con mil pesos y no le alcanza para comprar más de cuatro productos”.
Savore se pronunció a favor de terminar con el hábito de aumentar los precios por la suba del tipo de cambio y que cuando baja eso no se vea reflejado de la misma manera, al asegurar que “siempre está el mismo juego: cotizan toda la mercadería y después, cuando baja el dólar, nadie cotiza para abajo”.