Whirlpool cerró de manera sorpresiva su planta de producción de lavarropas en el Parque Industrial de Pilar e informó el despido de más de 200 trabajadores, en un nuevo golpe al empleo industrial argentino. La decisión se atribuye a la caída del consumo interno y a la fuerte competencia de productos importados, que dejaron a la operación local sin margen de competitividad. La planta de Whirlpool en Pilar había sido inaugurada en 2022 por Alberto Fernández con la promesa de producir lavarropas de última generación, destinados en un 70% a la exportación y en un 30% al mercado interno. Apenas tres años después, la empresa decidió frenar por completo la actividad fabril y trasladar a los empleados en transporte dispuesto especialmente, sin previo aviso de un cierre definitivo.
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