Uno de los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen, pidió declarar en la onceava jornada del juicio, rompiendo el silencio de forma inesperada. El joven, quebrado, pidió “disculpas” y aseguró que él “jamás” tuvo “intenciones de matar a alguien”.
“Quiero pedir disculpas principalmente porque jamás, jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien. Yo jamás en la vida tuve esa intención y quiero pedir disculpas”, sostuvo el rugbier ante el Tribunal Oral en Criminal (TOC) 1 de Dolores.
El imputado declaró durante 50 minutos, luego de haberse quebrado al escuchar a su madre, Rosalía Zárate, quien dijo que está enferma de cáncer. Thomsen reconoció que la zapatilla con sangre era suya, dijo que no se dio cuenta que Fernando estaba muerto luego de la pelea y realizó un relato personal de lo ocurrido la fatídica noche del asesinato, donde mencionó reiteradas veces que había bebido gran cantidad de alcohol.
“Me lastima haber estado esa noche en ese lugar. Quiero dar la realidad de lo que pasó ese día y esa noche”, expresó. Luego el fiscal Gustavo García le mostró los videos ventilados durante el juicio, y respondió algunas preguntas.
En tanto, el joven se negó a responderle al agogado de la familia de la víctima, Fernando Burlando, de quien dijo: “No me siento cómodo respondiendo le preguntas a una persona que me insultó mucho durante mi tiempo detenido y que dijo muchas barbaridades sobre mi persona”.