Más de 4.000 efectivos de las fuerzas especiales bajo la dirección del ministro de Seguridad, Sergio Berni, iniciaron esta madrugada el operativo del desalojo de la toma de Guernica, en el partido de Presidente Perón, después de las intensas negociaciones que encabezó el Gobierno provincial para lograr una salida pacífica al conflicto y ante el rechazo de la Justicia a un nuevo pedido de prórroga.
Algunas de las personas presentes en el predio resistían tirando piedras y botellas, y se sospechaba de infiltrados más violentos, mientras que otras familias ya dejaron el lugar y hubo algunos detenidos. El cuerpo de Infantería con los equipos tácticos de la Policía, realizaron distintas formaciones para avanzar en bloque sobre los manifestantes. A su paso, los efectivos van derribando las casillas que fueron montadas en el predio de Presidente Perón. Algunas fueron quemadas por las propias personas que están en el lugar y otras por los efectivos.
Los Bomberos intentaban controlar los incendios que provocaron los mismos manifestantes que fueron desalojados del predio de 100 hectáreas.
La Provincia solicitó ayer una nueva postergación del desalojo para el lunes 2 de noviembre. El temor era que las lluvias complicaran el operativo frente a un terreno pantanoso donde precarias casillas de chapa y madera y carpas están montadas sobre barro, rodeadas de pequeñas “lagunas” que se forman por la lluvia.
Ese fue el argumento que esgrimió Berni ante la Justicia, pero el juez de Garantías número 8 de Cañuelas, Martín Miguel Rizzo, resolvió que a más tardar el predio debía estar liberado este viernes.