Un estudio reciente puso en evidencia que el horario en el que se realiza ejercicio puede influir en aspectos como la pérdida de peso, la calidad del sueño y el control del azúcar en sangre. Sin embargo, la verdadera clave para obtener resultados efectivos no radica en la hora del día, sino en la consistencia con la que se practica la actividad física.
Tres entrenadores certificados, consultados por el medio especializado Eating Well coincidieron en que el mejor momento para hacer ejercicio es aquel que se pueda mantener de manera constante, adaptándose a las necesidades y rutinas de cada persona.
El estudio concluyó que “el ejercicio físico pautado por profesionales es beneficioso en adultos sedentarios independientemente de la hora de realización, si bien entrenar a primera hora funciona mejor para regular el sueño y para la reducción rápida de grasa corporal, mientras que el ejercicio durante la tarde podría mejorar más la función cardiovascular, incluyendo el suministro de sangre cerebral”.
Aunque sigue habiendo cierta controversia, en general, “por las mañanas se aumenta el gasto metabólico y la adherencia, mientras que por las tardes se puede aumentar la intensidad del ejercicio debido a los ritmos circadianos, aunque estos factores pueden ser altamente individuales”, apunta el experto en rendimiento deportivo.
Estar más despiertos y tener más energía
Lo que está claro es que hacer deporte a primera hora hace que estemos más despiertos y que tengamos más energía. ¿Por qué ocurre esto si el ejercicio cansa? A esta pregunta Bustamante señala que “la realización de actividad física implica cierto estrés, por lo que nuestro organismo activa el sistema nervioso simpático, y libera hormonas y neurotransmisores, como las catecolaminas”. Esto, a diferencia de lo que mucha gente cree, “repercute positivamente en nuestra activación y estado de ánimo el resto del día”. Si, además, añade, “lo hacemos con exposición a la luz natural, el organismo recibe todos los estímulos necesarios para los que hemos evolucionado durante miles de años y que actualmente ocurren de manera más disfuncional”.