“Pedí un análisis de sangre y me dijeron que no, que era un cuadro viral. Santi siguió mal todo el jueves. Siguió vomitando, estaba débil y no comía”, contó desesperada la señora. Ese día regresaron al hospital y, durante el viaje, “en el auto le dijo que se quería acostar en el sillón. Ya no estaba ubicado”.
La doctora que lo atendió, creyó que era un broncoespasmo. “Pasaron 10 minutos y la enfermera estaba sentada con un papel que decía que Santi precisaba oxígeno”, señaló la mamá. “Vino con tres saturómetros y ninguno funcionaba. Ya estaba más frío. Lo llevé a upa corriendo a shock. Trataron de reanimarlo una hora y media”, contó entre lágrimas.
Sin embargo, Santino murió y Agustina aseguró: “No voy a parar hasta que saquen a los médicos que atendieron a mi hijo”.