Según un informe del servicio de divulgación científica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), pese a la caída de precipitaciones de las últimas semanas, la situación es “delicada” y podría afectar momentos críticos del sistema de cría vacuna.
La investigación explica que el crecimiento del forraje en la región central de la provincia de Buenos Aires atraviesa un período de sequía que se acentuó en la salida del invierno e inicio de la primavera.
En particular, el estudio alertó sobre la situación de los departamentos de Tapalqué, Olavarría, General Lamadrid y Laprida, que abarcan más de 2 millones de hectáreas, donde se observó un bajo crecimiento en el 80% de la superficie forrajera.
El estudio fue elaborado por el INTA Cuenca del Salado y el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (FAUBA-CONICET), sobre la base de imágenes satelitales y recorridas a campo. Si bien en las últimas semanas llovió, el informe advierte que la situación no se revertiría fácilmente.
“En los tres recursos forrajeros más importantes en extensión (campo natural, pasturas de agropiro y pasturas consociadas de leguminosas y gramíneas) el crecimiento de septiembre fue el más bajo de los últimos 19 años, inclusive por debajo del año 2008, y la situación se fue agravando desde mayo hasta septiembre”, detalla un informe realizado por el Observatorio Forrajero Nacional, la FAUBA, el INTA, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA) y el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
Forraje
En tanto, Mariano Oyarzabal, docente del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la FAUBA e investigador del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (IFEVA), explicó que el forraje constituye la principal fuente de alimento para el ganado vacuno en la Argentina.
“Las bajas tasas de crecimiento forrajero que se registraron durante el inicio de la primavera comprometen la situación hacia delante, pese a que en el último mes cayeron lluvias en la región, porque hubo más de tres meses con muy poco crecimiento de pasto y los animales perdieron peso”, afirmó.