El tatuador Patricio Pioli fue condenado en La Rioja a cinco años de prisión por haber ejercido violencia de género contra su expareja y haber difundido imágenes íntimas sin el consentimiento de la víctima. Lo relevante del caso es que sienta precedente como “fallo ejemplar” para el castigo de este último delito, popularmente conocido como “sextorsión”.
Pioli fue considerado por el tribunal culpable de los delitos de “coacción y lesiones leves calificadas”.
La abogada Mariana Barbitta, presidenta de la Asociación de Mujeres Penalistas de la Argentina (AMPA), explicó a la agencia estatal Télam que “a diferencia del grooming, la sextorsión no está tipificada en el Código Penal, como sí lo está en el Código Penal español, por eso la condena es por coacción”.
Según informó el Poder Judicial de La Rioja, para los jueces quedó acreditada “que todas estas situaciones de violencia y hostigamiento hacia la víctima provocaron en ella un daño psicológico, un daño o quiebre en su salud mental caracterizado, entre otras, por sensación de desamparo, desvalimiento y sensación de encontrarse en situación de peligro real, perdiendo la confianza y seguridad en sí misma”.
Además, los jueces resolvieron que el juez que tendrá a su cargo la ejecución de la pena y el Patronato de Liberados deberán “informar a la víctima todas las situaciones que se susciten en el proceso de ejecución atinentes a la obtención de beneficios de salidas transitorias, semi libertad, libertad condicional y libertad definitiva del condenado, imponiendo -en su caso- medidas cautelares de restricción geográfica para tutelar judicialmente la persona de la víctima”.
Pioli fue condenado, entre otros delitos, por haber ejercido violencia de género contra Paula Sánchez Frega, y por filtrar fotografías y videos íntimos tomados por éste cuando tenía una relación con ella.
El condenado deberá, además, afrontar el pago de las costas del juicio según lo resuelto por el Tribunal de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional, presidido por la jueza Edith Agüero junto a los magistrados María Petrillo y Fernando Romero, a cargo del juicio por un hecho denunciado en 2017.
Luego de conocer la sentencia, la joven expresó a la prensa local que está “muy conforme”. “Ahora voy a seguir luchando para que salga la ley. Estoy bastante conmovida pero muy conforme con la sentencia, pero la verdad venía con pocas expectativas”, agregó.